lunes, 28 de junio de 2010

Memorias de viaje IV



































Saint Patrick´s Day


Dublín, 17 de marzo de 2008.

VERDE. Todo muy verde. El sol salió y vino para quedarse. Seguramente, algún irlandés habló con algún duende amigo y ese duende con San Patricio y San Patricio con el SOL. Porque hoy los niños pequeños pueden jugar a contar nubes (son éstas tres o cuatro). Claro, si es que miran para el cielo, hay mucho para ver por las calles de Dublín.
Mucho tiempo se perdería en cambio en contar etnias o nacionalidades, las hay de todo tipo y por doquier.
Pero los irlandeses son hoy más irlandeses que nunca. Es un día de reivindicación nacionalista, donde toda historia gris se camufla...en todo caso, aquel que aún la tiene muy presente, beberá algún trago para olvidar.
Porque sí que se toma alcohol. Hoy llueve cerveza.
Y es cierto que si no vestís al menos algo verde te pellizcan.
Desde temprano, toda O´Connell St. se presta para un desfile increíble, planificado durante todo un año. Cuatro horas que se esfuman pero que son disfrutadas al máximo por todo aficionado.
Igualmente, esta fiesta sigue todo el día extendiéndose hasta la noche.

Nosotros aprovechamos la convocatoria para hacer algo de dinero: pintamos cientos de tréboles con purpurina, labios rojos acompañados por un "kiss me, Im irish" (besame soy irlandés) y transformamos caras en banderas irlandesas. Por supuesto, siempre aparece el niño que quiere ser Spiderman (también lo pintamos). La globoflexia no tuvo tanto éxito ese día porque tuvimos problemas con la calidad de los globos, igual sumó. En fin, pintamos hasta que nos cansamos de los irlandeses adolescentes que todavía no controlan su nivel de alcohol en sangre y solicitaban que se les pintara todo el cuerpo.

En unas pocas horas recaudamos 500 euros. Por un trébol recibíamos hasta 20 euros (a voluntad la cosa). Una pareja de enamorados portugueses nos pagó otros 20 por una foto con nosotros, ¡qué negocio!.

Foto-sintesí


Si bebe, no maneje.

















París, julio 2008.

viernes, 25 de junio de 2010

Memorias de viaje III

Dublín, 15 de marzo de 2008.

How to find a job? (¿cómo conseguir "curro"?)

"I want to be a Kitchen Porter.
I want to be a Glass Collector.
Dont forget that if your staff of Glass Collector is full,
I want to be a Kitchen Porter.

If you want it, you got it".

(Canción de autoría colectiva, con acordes simples de guitarra).

Esta semana fue muy intensa. Empecé a trabajar con todo lo que ello implica: aprender un oficio y en otro idioma. El inglés irlandés te desalienta bastante. Tiemblo cada vez que un costumer (cliente) me pide un sándwich, prendo todas mis neuronas para que realmente reciba en mano lo que solicitó. No es fácil. Hay dos tipos de clientes. Por un lado, el irish que te reconoce extranjero (recién llegado) y busca todas las maneras de hacerse entender. Por el otro, encontramos al irish que está cansado de ir al comercio de su barrio y que la chica de los "bocatas" no comprenda (y tampoco el nuevo cajero que es de Bangladesh); entonces su estadía en el super se hace más larga y ese irish está más colorado que nunca, hasta que por fin llega el encargado polaco a resolver el asunto.
Cuando me encuentro con este segundo tipo de clientes y aunque puedo entenderlos en parte, siento rabia. ¿Soy acaso menos que ellos?. Yo aún ignoro su lunfardo...ellos ignoran otras cosas más valiosas; es esa misma ignorancia la que los hace discriminar.

Saba y Vico no consiguieron trabajo todavía, mientras yo hago bocatas ellas salen bajo lluvia a entregar curriculums en cuanto comercio, bar o restaurant aparezca. Mujeres valientes.
Por suerte no van solas (así que como jefe de familia estoy tranquila). Además de ir con Sergio, también van con Jose (una chica de Murcia que conocimos en un ciber) y con Kike (un chico de Alicante que conoció Sergio en sus primeros días de hostel). Todos muy buena onda.
Y ahí surgen mil anécdotas que cuando llego a casa luego de mi zafra me pongo a escuchar. Siempre el idioma como obstáculo. En los intentos desesperados por ser empleados, aparecen experiencias en trabajos totalmente ficticios (también figurando en los C.Vs). Vico hasta trabajó en una chivitería.
Lo que no comenté es que mientras no hay trabajo fijo los chiquilines son artistas callejeros; pintan caras, hacen globoflexia, unos "buscavidas". Cuando libro me uno a la causa. Cuando trabajo, llego a casa y me esperan con cerveza, la cena y algún chocolate. Todo eso pueden comprar con lo recaudado.

El que trabaja y casi no vemos es Quique (nuestro compañero de piso). Es un poco extraño. Dice ser de Bilbao pero no lo es. Dice que es artista pero sus obras son horribles (el otro día usó casi todo el frasco de perfume de Saba para hacer un cuadro, sin su permiso. Otro día quemó jabón). Tal vez es artista de esos que no comprende el común denominador de la gente, pobre loco.
Además, como el alquiler está a su nombre, sospechamos que nos está cobrando más dinero que el que realmente pide el Landlord (dueño de la casa).

El otro Kike y Jose se pasan en casa (son homeless, viven en hostels aún). Digamos que ya tenemos una familia. Entre los 6 hacemos un gran equipo. Faltan 5 trabajos más y nos vamos a vivir a otro lado. Ya lo estamos pensando seriamente.
Y yo, la única que no soy europea (porque mis amigas tienen pasaporte de la Comunidad) saldría de garantía. Curioso ¿no?. Tuve suerte.

jueves, 24 de junio de 2010

Los niños II

Una vez, un alumno me dijo:

"Valentina...¿alguna vez observaste detenidamente la palabra PACIENCIA?, esconde dos palabras: PAZ y CIENCIA. Entonces la PACIENCIA debe ser la CIENCIA de la PAZ, ¿no?."

Memorias de viaje II


Dublín, 8 de marzo de 2008.

Hace tres días vivimos en esta mágica ciudad celta. Obnubiladas, apreciamos la belleza del lugar, el mundo condensado en la metrópoli. De a poquito, nos adaptamos al idioma, ese que aquí unifica y te permite compartir, intercambiar y competir.
Nos preocupa desde siempre conseguir trabajo; nos ayuda una política económica improvisada y los consejos de la gente.
En visperas de Saint Patrick´s Day, los precios aumentan, incluído el precio por noche del hostel que reservamos y creíamos más accesible.
La primera noche, fuimos a Temple Bar (zona de bares típicos y comercios varios en el centro de la ciudad). Allí fuimos a un boliche llamado The Mezz. Entre las tres y con gran esfuerzo psicológico, nos compramos una pinta de cerveza negra Guiness (¡5 euros!). Conocimos a Sergio, un español (vasco, en realidad). Nos encontró. Lo encontramos.
Ahora escribo desde nuestro apartamento en Dublín. Vivimos con él y con Quique, otro español. Aunque el depto es chico, nos arreglamos. Estamos felices por esto. Gente que llega a Dublín todo el tiempo y desde todo lugar del globo demora un mes en conseguir morada. Nosotras estamos protegidas. Todo marcha bien. Y el cosmos sigue conspirando a favor.
Ayer conseguí trabajo por un amigo de un amigo (casualmente cuñado de una amiga), otro ángel en el camino. Uruguayos todos. Voy a hacer sándwichs en un super.

Estados

Hace cuatro días que estoy en cama. Uf...sí que me cuesta.
Nada importante, una Sinusitis acompañada de una Gripe. Suficiente para una semana de reposo.
Gracias a los antibióticos, voy superando mi etapa "migrañezca"; puedo leer, usar la computadora y mirar la tele (sin MUTE). Puedo reírme, ja.
Ahora transito por la etapa de la culpa, el no ir a trabajar hizo que mi psiquis no cierre como es debido el primer semestre del año. Encima no consiguieron maestra suplente. Entiendo que mis alumnos estén contentos con mi desdicha; debido a mi estado putrefacto, pueden ver todos los partidos del Mundial. El MUNDIAL DE FÚTBOL. Creo que a esta altura tengo una Jabulani en el cerebro (claro, sería peor una vuvuzela). En fin, soy casi un fixture.
Por suerte, a la mayoría de los encuentros soccer-culturales no los miro sola. Amigos y familiares se arriman a mirar tal espectáculo: YO con pijama animalprint (perfectamente podría haber sido la mascota Sudáfrica 2010).
"No hay mal que por bien no venga" dice el dicho popular. No está TAN mal coordinar con el invierno de este modo. Después de todo, estar con uno mismo no es TAAN grave. A veces estamos TAAAN ocupados que nos descuidamos. "Tu cuerpo te dice cosas, escuchalo".
¡Cómo voy a disfrutar del sol cuando salga a la calle!
Y ahora que estoy mejor, ya no tengo excusas. Tengo que empezar a estudiar.

miércoles, 23 de junio de 2010

Memorias de viaje


5 de marzo de 2008. 8am. Aereopuerto Barajas. Madrid.

LLEGAMOS A EUROPA

...¡Cuánta ansiedad!, el viaje desde Montevideo se nos hizo un poco largo. Vico y Saba no duermen en todo el trayecto, miran películas, lloran, esuchan música, se ríen. Cada tanto una turbulencia nos provoca un apretón de manos. Me despierto. Siento que dormí poco. Los asientos son muy incómodos pero estoy muy cansada. Los nervios me visitan. Pienso en mi entrada al viejo y desconocido continente. Pienso en mi familia y en su apoyo incondicional. Ahora estoy tranquila. Estoy con ellas, mis amigas, mis compañeras de aventuras de siempre, mis hermanas. Vuelvo a cerrar los ojos. Saba me dice "roncaste gordita", la Vico informa "viene el desayuno". Estamos llegando a Madrid. Me asusto de nuevo. Se lo comunico a ellas pero como siempre encuentro del otro lado todo lo que quiero escuchar: "todo va a estar bien Vale". Respiro profundo. Las amo. Me alegra estar con ellas.
LLegamos, ¡qué aereopuerto! trato de grabar tanto estímulo en mi retina, saco fotos, seguimos flechas: "puerta H". Tomamos un tren interno porque esto es enorme. Seguimos a la gente. Como siempre, me cuesta un poco adaptarme a los nuevos ritmos y velocidades. Me quedo atrás sacando fotos. "¡Dale Vale!", me gritan.
Estoy ansiosa. Me separé de ellas en control de pasaportes ("sudaka" de pura cepa). No me hicieron problemas por ahora. Pero todavía no sé si esto termina acá. Ahora estamos en este aereopuerto inmenso, lleno de gente, todo nos llama la atención. Tratamos de aprehender al máximo toda información y novedad del entorno. Saba, colgada, sale a recorrer el lugar a averiguar por dónde tenemos que seguir llegado el momento. Se pierde, je. Mientras tanto, Vico y yo conversamos de nuestra llegada a Dublín, del idioma, etc. Vuelve Saba. El sol se filtra entre tanto vidrio y nos rompe la vista. Vico, por supuesto, ya se puso los super lentes protectores. Saba escribe en su diario su propia bitácora. Las tres, a nuestra manera, procesamos tanta emoción, compartimos el silencio.

martes, 22 de junio de 2010

Los niños


"Maestra, estaba pensando...¿cómo podríamos pesar un globo con Helio?".
"¿Cuántos rayos tiene el sol?", "¿Por qué cuando pienso escucho mi voz (si no estoy hablando)?", "¿Qué es el presente?"...

Que nunca falten esas ingenuas sabidurías...
¿Cuánto de ellos debemos aprender los adultos?

Capullo


Escribir ¿para qué?
Escribir para mirar hacia adentro, para re-pensar, para no perderse.
Sabido es que nadie puede con el poder de lo escrito.
Este capullo escribe su bitácora...construye a la mariposa.