viernes, 25 de junio de 2010

Memorias de viaje III

Dublín, 15 de marzo de 2008.

How to find a job? (¿cómo conseguir "curro"?)

"I want to be a Kitchen Porter.
I want to be a Glass Collector.
Dont forget that if your staff of Glass Collector is full,
I want to be a Kitchen Porter.

If you want it, you got it".

(Canción de autoría colectiva, con acordes simples de guitarra).

Esta semana fue muy intensa. Empecé a trabajar con todo lo que ello implica: aprender un oficio y en otro idioma. El inglés irlandés te desalienta bastante. Tiemblo cada vez que un costumer (cliente) me pide un sándwich, prendo todas mis neuronas para que realmente reciba en mano lo que solicitó. No es fácil. Hay dos tipos de clientes. Por un lado, el irish que te reconoce extranjero (recién llegado) y busca todas las maneras de hacerse entender. Por el otro, encontramos al irish que está cansado de ir al comercio de su barrio y que la chica de los "bocatas" no comprenda (y tampoco el nuevo cajero que es de Bangladesh); entonces su estadía en el super se hace más larga y ese irish está más colorado que nunca, hasta que por fin llega el encargado polaco a resolver el asunto.
Cuando me encuentro con este segundo tipo de clientes y aunque puedo entenderlos en parte, siento rabia. ¿Soy acaso menos que ellos?. Yo aún ignoro su lunfardo...ellos ignoran otras cosas más valiosas; es esa misma ignorancia la que los hace discriminar.

Saba y Vico no consiguieron trabajo todavía, mientras yo hago bocatas ellas salen bajo lluvia a entregar curriculums en cuanto comercio, bar o restaurant aparezca. Mujeres valientes.
Por suerte no van solas (así que como jefe de familia estoy tranquila). Además de ir con Sergio, también van con Jose (una chica de Murcia que conocimos en un ciber) y con Kike (un chico de Alicante que conoció Sergio en sus primeros días de hostel). Todos muy buena onda.
Y ahí surgen mil anécdotas que cuando llego a casa luego de mi zafra me pongo a escuchar. Siempre el idioma como obstáculo. En los intentos desesperados por ser empleados, aparecen experiencias en trabajos totalmente ficticios (también figurando en los C.Vs). Vico hasta trabajó en una chivitería.
Lo que no comenté es que mientras no hay trabajo fijo los chiquilines son artistas callejeros; pintan caras, hacen globoflexia, unos "buscavidas". Cuando libro me uno a la causa. Cuando trabajo, llego a casa y me esperan con cerveza, la cena y algún chocolate. Todo eso pueden comprar con lo recaudado.

El que trabaja y casi no vemos es Quique (nuestro compañero de piso). Es un poco extraño. Dice ser de Bilbao pero no lo es. Dice que es artista pero sus obras son horribles (el otro día usó casi todo el frasco de perfume de Saba para hacer un cuadro, sin su permiso. Otro día quemó jabón). Tal vez es artista de esos que no comprende el común denominador de la gente, pobre loco.
Además, como el alquiler está a su nombre, sospechamos que nos está cobrando más dinero que el que realmente pide el Landlord (dueño de la casa).

El otro Kike y Jose se pasan en casa (son homeless, viven en hostels aún). Digamos que ya tenemos una familia. Entre los 6 hacemos un gran equipo. Faltan 5 trabajos más y nos vamos a vivir a otro lado. Ya lo estamos pensando seriamente.
Y yo, la única que no soy europea (porque mis amigas tienen pasaporte de la Comunidad) saldría de garantía. Curioso ¿no?. Tuve suerte.

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